Para ir más allá de la prevención de siempre
A que corporación pertenecen estos Servidores Públicos con uniforme policial?
(Cuarta Parte)
Alguna posible aportación “para ir más allá de la prevención de siempre”.
. . . . . . .
En seguimiento a las anteriores
entregas y a fin de remembrar cada uno de los puntos considerados importantes
por éste su servidor, resulta
conveniente precisar en el orden de publicación
que en la primera de las antes referidas se hizo hincapié a la preocupación que
ya ha causado el flagelo social en el
ánimo de los diversos sectores de nuestra sociedad, trátese de la esfera empresarial,
académica, sociedad civil propiamente, la religiosa, y por supuesto el ámbito
gubernamental.
Destacábamos la configuración
multidisciplinaria y el papel que hoy día juegan en los diversos escenarios la
atomización de las conductas delictivas así como que, el enfoque fenomenológico del evento
contravencional propiciaba la imperiosa
recurrencia a las diversas herramientas e instrumentos, partiendo de la experiencia propia hasta la investigación y análisis de
documentos históricos con el único objetivo de trazar nuevos vectores que nos
permitan el arribo a mecanismos viables y permisibles.
Hicimos referencia a los
comentarios que en su momento expresara el Lic. Diodoro Carrasco A. así como
también realizamos un brevísimo análisis de Oscar Naranjo.
En las siguientes entregas se hizo referencia de
manera muy superficial y subjetiva (toda
vez que este apartado será debidamente desarrollado en el momento
oportuno) del método al cual debiéramos
ubicar la instrumentación de las nuevas
políticas publicas evitando o al menos, haciendo caso omiso de
políticos, doctos, y demás personajes que en muchas de las veces en lugar de
coadyuvar complican el desarrollo del quehacer gubernamental.
Hablábamos de la imperiosa necesidad de romper
con viejos esquemas de culturización, educación y de visión social que retrasan
nuestro desarrollo y progreso como personas, como sociedad y desde luego como
Estado
Pues bien, ya adentrados nuevamente en el
contexto de las reflexiones resulta por demás entendible que el problema de la
creciente Inseguridad Pública, de la atomización delictiva, de la distensión
interna en los diversos sectores
sociales y del enmarañamiento de los grupos delictivos con las entidades
oficiales y de las cuales se entienden
que están para vigilar y castigar, no se
reduce a la persecución, detención, procesamiento y sentencia del delincuente,
así como tampoco resulta consecuente debido
a la ausencia de instrumentos legales o
de programas gubernamentales con objetivos claros y específicos.
Como ciudadanos, tampoco
debiéramos objetar la preocupación
siempre manifiesta, y ya extensible de
los diversos órganos gubernamentales a las múltiples instancias para-oficiales o
no gubernamentales, como lo son las asociaciones o grupos de recién creación
que se han involucrado en estas tareas.
Igualmente resulta inobjetable el interés e inquietud pronunciada por las diversas Cámaras
existentes en el Estado y desde luego por sus propios agremiados por involucrarse para el reforzamiento de la
seguridad que se tiene en nuestro Estado y de la cual gozamos los ciudadanos y que desde luego no
debemos dejar ir.
Es decir, la problemática que nos
acosa tampoco se debe a la falta de
interés; creo que hay mucho interés y de diversos sectores, sociedad civil,
gobierno, actores políticos, grupos religiosos, fracciones estudiantiles, etc.
Mucho menos se podría considerar
como causal de Inseguridad la falta de inversión económica para las
instituciones de Seguridad, la aplicación de recursos para la adquisición de
tecnología de punta y mejor actuación y funcionalidad oficial o, por la
ausencia de interacción de los diversos
niveles competenciales de los operadores institucionales encargadas de tales
encomiendas.
No tenemos elementos, porque no
existen y desde luego porque no los hay,
para acusar ausencia de capacitación de los miembros de las
corporaciones policiales, trátese del orden preventivo, del orden de la investigación criminal o bien
de la procuración y administración de justicia sin dejar de mencionar desde
luego la readaptación social.
En otras palabras, pareciera que
la Inseguridad se debe a orígenes diferentes, distintos, porque tampoco podemos acusar como causante de ella a la falta de
intercambio en la información policial y de investigación concerniente de los
delitos y de los presuntos delincuentes. (Recordemos el Sistema Plataforma
México por poner solo un ejemplo entre otros tantos medios de consulta
policial)
Obvio que tampoco lo es la falta
de asesoramiento profesional o de personas ampliamente capacitadas y de
reconocido prestigio sea local, nacional o internacional así como tampoco lo ha
sido la importación de diversas políticas o estrategias de países americanos,
europeos e incluso, asiáticos.
O señalar que la inseguridad
tiene sus orígenes en la integración o
desintegración de los diversos medios de comunicación, sea prensa, televisión, radio
o redes sociales, no, no sería lo correcto ni saludable porque bien sabemos que
no es así, en contraste éstas son adecuadas herramientas o tecnologías
modernas que nos permiten el acceso a la información reciente e incluso, hasta
de primera mano y en muchas veces en el
momento que están aconteciendo los hechos.
Por lo que bien podemos argüir
que tampoco pudieran ser concebidos como
factores determinantes en el problema de Inseguridad Pública, pues hoy día destacan precisamente las redes
sociales en las que pueden circular a
velocidades impresionantes, entre la
multiplicidad informativa una alerta, un alarma o una recomendación que
pueda ser del interés particular o general.
Tampoco se debe a . . . . . . . . . . . . .
Por hoy me permito concluir este
apartado con el siguiente pensamiento: “Tengo
que defender mis ideales, el tiempo dirá cuando podré llevarlos acabo” Ana
Frank
Comentarios:
http://blogsdeseguridadpublica.blogspot.mx/
Continuará.
En seguimiento a las anteriores
entregas y a fin de remembrar cada uno de los puntos considerados importantes
por éste su servidor, resulta
conveniente precisar en el orden de publicación
que en la primera de las antes referidas se hizo hincapié a la preocupación que
ya ha causado el flagelo social en el
ánimo de los diversos sectores de nuestra sociedad, trátese de la esfera empresarial,
académica, sociedad civil propiamente, la religiosa, y por supuesto el ámbito
gubernamental.
Destacábamos la configuración
multidisciplinaria y el papel que hoy día juegan en los diversos escenarios la
atomización de las conductas delictivas así como que, el enfoque fenomenológico del evento
contravencional propiciaba la imperiosa
recurrencia a las diversas herramientas e instrumentos, partiendo de la experiencia propia hasta la investigación y análisis de
documentos históricos con el único objetivo de trazar nuevos vectores que nos
permitan el arribo a mecanismos viables y permisibles.
Hicimos referencia a los
comentarios que en su momento expresara el Lic. Diodoro Carrasco A. así como
también realizamos un brevísimo análisis de Oscar Naranjo.
En las siguientes entregas se hizo referencia de
manera muy superficial y subjetiva (toda
vez que este apartado será debidamente desarrollado en el momento
oportuno) del método al cual debiéramos
ubicar la instrumentación de las nuevas
políticas publicas evitando o al menos, haciendo caso omiso de
políticos, doctos, y demás personajes que en muchas de las veces en lugar de
coadyuvar complican el desarrollo del quehacer gubernamental.
Hablábamos de la imperiosa necesidad de romper
con viejos esquemas de culturización, educación y de visión social que retrasan
nuestro desarrollo y progreso como personas, como sociedad y desde luego como
Estado
Pues bien, ya adentrados nuevamente en el
contexto de las reflexiones resulta por demás entendible que el problema de la
creciente Inseguridad Pública, de la atomización delictiva, de la distensión
interna en los diversos sectores
sociales y del enmarañamiento de los grupos delictivos con las entidades
oficiales y de las cuales se entienden
que están para vigilar y castigar, no se
reduce a la persecución, detención, procesamiento y sentencia del delincuente,
así como tampoco resulta consecuente debido
a la ausencia de instrumentos legales o
de programas gubernamentales con objetivos claros y específicos.
Como ciudadanos, tampoco
debiéramos objetar la preocupación
siempre manifiesta, y ya extensible de
los diversos órganos gubernamentales a las múltiples instancias para-oficiales o
no gubernamentales, como lo son las asociaciones o grupos de recién creación
que se han involucrado en estas tareas.
Igualmente resulta inobjetable el interés e inquietud pronunciada por las diversas Cámaras
existentes en el Estado y desde luego por sus propios agremiados por involucrarse para el reforzamiento de la
seguridad que se tiene en nuestro Estado y de la cual gozamos los ciudadanos y que desde luego no
debemos dejar ir.
Es decir, la problemática que nos
acosa tampoco se debe a la falta de
interés; creo que hay mucho interés y de diversos sectores, sociedad civil,
gobierno, actores políticos, grupos religiosos, fracciones estudiantiles, etc.
Mucho menos se podría considerar
como causal de Inseguridad la falta de inversión económica para las
instituciones de Seguridad, la aplicación de recursos para la adquisición de
tecnología de punta y mejor actuación y funcionalidad oficial o, por la
ausencia de interacción de los diversos
niveles competenciales de los operadores institucionales encargadas de tales
encomiendas.
No tenemos elementos, porque no
existen y desde luego porque no los hay,
para acusar ausencia de capacitación de los miembros de las
corporaciones policiales, trátese del orden preventivo, del orden de la investigación criminal o bien
de la procuración y administración de justicia sin dejar de mencionar desde
luego la readaptación social.
En otras palabras, pareciera que
la Inseguridad se debe a orígenes diferentes, distintos, porque tampoco podemos acusar como causante de ella a la falta de
intercambio en la información policial y de investigación concerniente de los
delitos y de los presuntos delincuentes. (Recordemos el Sistema Plataforma
México por poner solo un ejemplo entre otros tantos medios de consulta
policial)
Obvio que tampoco lo es la falta
de asesoramiento profesional o de personas ampliamente capacitadas y de
reconocido prestigio sea local, nacional o internacional así como tampoco lo ha
sido la importación de diversas políticas o estrategias de países americanos,
europeos e incluso, asiáticos.
O señalar que la inseguridad
tiene sus orígenes en la integración o
desintegración de los diversos medios de comunicación, sea prensa, televisión, radio
o redes sociales, no, no sería lo correcto ni saludable porque bien sabemos que
no es así, en contraste éstas son adecuadas herramientas o tecnologías
modernas que nos permiten el acceso a la información reciente e incluso, hasta
de primera mano y en muchas veces en el
momento que están aconteciendo los hechos.
Por lo que bien podemos argüir
que tampoco pudieran ser concebidos como
factores determinantes en el problema de Inseguridad Pública, pues hoy día destacan precisamente las redes
sociales en las que pueden circular a
velocidades impresionantes, entre la
multiplicidad informativa una alerta, un alarma o una recomendación que
pueda ser del interés particular o general.
Tampoco se debe a . . . . . . . . . . . . .
Por hoy me permito concluir este
apartado con el siguiente pensamiento: “Tengo
que defender mis ideales, el tiempo dirá cuando podré llevarlos acabo” Ana
Frank
Comentarios:
http://blogsdeseguridadpublica.blogspot.mx/
Continuará.